EL CONFLICTO ANGÉLICO

El Conflicto Angélico ruge a todo nuestro alrededor. Esta no es una guerra mundial. Este es una guerra más allá del mundo —una lucha invisible entre las fuerzas de Satanás y las fuerzas de Dios. Dios finalmente ganará.


Mucho antes del inicio de la historia humana, Satanás arrogantemente se reveló contra su creador para hacerse a sí mismo “como el Más Alto” y reclutó un tercio de los ángeles para que lo siguieran. Dios justamente condenó a Satanás y a sus ángeles caídos a pasar la eternidad en el Lago de Fuego. Satanás apeló a la sentencia, reclamando injusticia —cuestionando como un Dios de amor puede condenar a sus criaturas al infierno. El planeta tierra es ahora el campo de batalla donde Satanás busca superar tácticamente a Dios, probar que el juicio es injusto y frustrar la ejecución de su sentencia. Satanás no sufrirá derrota sin una lucha intensa.


Dios creó al hombre para resolver este conflicto angélico. La volición humana es el punto focal de la tormenta de fuego. ¿Escogerá el hombre el plan de la gracia de Dios de la salvación o seguirá al arrogante sistema de Satanás? A través de las decisiones de la libre voluntad, Dios demuestra a Satanás su perfecta justicia y amor una y otra vez.


Como creyentes, es imperativo que entendamos esta guerra espiritual que nos rodea. Satanás utiliza toda artimaña a su alcance para desrielar y desacreditar aquellos que están en Cristo. Para nuestra defensa, Dios ha provisto una ventaja arrolladora en una vestimenta de armadura espiritual. Con esta podemos soportar los “proyectiles de fuego del maligno” y venir a ser héroes en la guerra invisible. Dios es glorificado en la medida que nosotros juntamos escudos y nos paramos firmes en su poder y Palabra.

 

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